Todo el mundo nos da por favoritos, ya hemos ganado el partido antes del pitido inicial. Como de costumbre el mister nos da la charla: ¡¡vamos a ganar que somos los campeones del mundo!! Salgo del túnel de vestuario, hay ambiente de mundial. Todos estamos muy concentrados, también el equipo contrario. Cantamos el himno y el árbitro pita el inicio del partido. No he tocado más que el primer balón, pero la gente ya me está pitando. A parte del disparo de Wesley, el partido va bien. Bien, no te alteres, sabes que los holandeses van a ir a provocarte; es lo que me dicen mis compañeros. Ya está, he recibido un balón, tiene que ser gol, regateo…Y penalti, ¡lo ha pitado! Mi compañero Xavi coge la pelota, chuta y…¡¡¡gol!! Vamos por delante, ¡uy, que viene el segundo! Vamos David…, la ha fallado. No puede ser… Van Persie, ha empatado. Cansado voy al vestuario, me doy cuenta de que el gol de Holanda no ha sentado bien, espero que la segunda parte cambie la situación. La cosa no ha podido empezar peor, Arjen ya ha marcado el segundo para los “oranje”. Sigo corriendo, pero los holandeses me están ganando todas las carreras. Han pitado córner en contra, si nos marcan se ha acabado. ¡Venga ya!, otro gol de los holandeses, ya está, se acabó.