Con cuidado me escondí detrás de una estantería que estaba cerca de mí. Evitando que los infectados, al entrar por la puerta me vieran. Como si me hubieran leído el pensamiento, escuché el ruido de una puerta, estaban entrando más.
Rápidamente empecé a ver los libros que tenía detrás, pero ninguno era de música. Me tenía que dar prisa, o sin no iba a ser devorado. Me quede unos diez minutos más, observando los libros, pero definitivamente no estaba el que quería.
Tan en mi mundo iba, que no me acordaba de que no estaba solo, hasta que vi a un infectadote espaldas a mí. Sin dudarlo, saqué la navaja del bolsillo y lo maté sin hacer mucho ruido.
Al observarlo, me dí cuenta de que tenía una linterna. Me podía de ser de gran ayuda, ya que estaba a oscuras. Con cuidado, extraje la linterna de su bolsillo. La linterna tenía restos de sangre seca, así que la tuve que quitar con mi navaja.
Seguí avanzando un poco más y me dí cuenta de que estaba en la mitad de la biblioteca. Un grupo de infectados estaban vigilando, pero para mi suerte, había numerosas mesas.
Sabiendo que era mi única posibilidad de pasar inadvertido, repté hasta las mesas. Una vez debajo, empecé a ir a gatas poco a poco, sin tratar de hacer ruido.
Poco a poco me acerqué hacia las otras estanterías, pero no iba a ser fácil acercarme a estas; un grupo de infectados las vigilaban. Haciendo uso de mi ingenio, saqué mi pistola y disparé a un jarrón, haciéndolo añicos.
Como lo había previsto, todos los infectados se dirigieron a este y yo aproveché para escabullirme por las estanterías. Con cuidado encendí mi linterna y pude leer una etiqueta en la que estaba escrita “música”.
El libro no podía estar muy lejos. Con cuidado empecé a rebuscar entre los miles de libros, hasta que encontré mi objetivo. Al abrirlo, encontré la contraseña. Era un pequeño papel viejo, en el que ponía los números 4 y 1. Todo me había salido bien, pero noté como alguien me estaba observando.
Para confirmar mi sospecha, escuché una respiración que provenía detrás de mí. Sin pensarlo me dí la vuelta y me encontré cara a cara con un infectado, al que le estaba cayendo sangre de la boca.
De mi boca salió un chillido involuntario. Sin pensarlo eché a correr hacia la puerta. No sé por que había chillado, ahora era hombre muerto. Saqué mi pistola y empecé a disparar a todos lados.
Empecé a notar que muchos ruidos de pisadas se aproximaban a mí, ¡debía de estar rodeado! Me paré en seco y para mi sorpresa, un infectado salió de entre las estanterías para atacarme.
Con todas mis fuerzas, dí un salto y me logré agarrar de la parte superior de una estantería. Sin parar, me puse en pie y divisé una ventana que estaba al lado de la estantería que tenía al lado.
Me tranquilicé y de un salto, logré aferrarme a la otra estantería. Velozmente me puse en pie y abrí la ventana, sin pensarlo salté por esta. Para mi suerte caí sobre un toldo, aliviando la caída.
Ahora estaba en la entrada de la biblioteca, no podía estar muy lejos la catedral. Tras unos minutos, logré llegar, pero divisé un grupo de personas. Al principio no supe quienes eran, pero luego me dí cuenta de que…¡eran los saqueadores!
Aexei 