Capítulo 12,parte 2-Serie Steve Watson

El científico se quedó algo pensativo, pero algo le sacó de sus pensamientos. En los paneles, empezaron a aparecer puntos rojos. Extrañado le pregunté:
-¿Qué está pasando?-.
-¡Por fin se de dónde viene la enfermedad! Como puedes observar, han aparecido unos puntos rojos en Francia. Significa, que desde ahí se ha extendido el virus-.
-¿Pero…no sabes de que parte de Francia exactamente?-.
-Déjame mirar… ¡lo tengo! Este virus ha sido extendido desde Carcasona. Lo raro es que se creía que esta ciudad estaba abandonada-.
-Estoy casi seguro que ahí se reúnen estos cabrones-.
-Aunque fuera cierto ¿qué piensas hacer?-.
-Creo que podría coger una muestra del virus y mandártela-.
-Si, creo que es una buena idea-.

Una parte de mí, tenía mucho miedo de lo que iba a hacer. Tenía muchas posibilidades de no salir vivo. Antes de que me arrepintiese, cogí mi mochila y me dirigí hasta la puerta del laboratorio.
-Suerte Steve-. Me dijo el científico.
-La necesitaré-.

Con cuidado abrí la puerta y para mi sorpresa, al ver el suelo del desagüe se apreciaban restos humanos. Los infectados no podían estar muy lejos. En vez de ir por el camino de antes, giré a la derecha y subí unas escaleras.

Poco a poco moví la tapa de la alcantarilla y, pude ver que estaba en una carretera. Al ponerme de pie, me dí cuenta de que estaba vacía. No pasaba ni un vehículo. Eso era muy malo, por que para ir a Carcasona necesitaba algún modo de transporte.

Como no venía ningún vehículo, me tumbe en la carretera haciéndome el herido. Al poco rato, un hombre bajo de una camioneta, acercándose a mí. Cuando se acercó lo suficiente, le cogí de la pierna y lo derribé.

Sin dudarlo corrí hacia la camioneta y, una vez dentro, pisé el acelerador lo más rápido que pude. Me dio pena quitarle su vehículo al señor, pero la verdad es que lo necesitaba.

Lo primero que hice fue poner en marcha el GPS y encender la radio. Me tenía que entretener con algo, el viaje iba a ser largo. Al principio solo escuchaba noticias de las que suceden siempre, hasta que escuché lo siguiente:
-¡Atención señores! Nos ha llegado una noticia a última hora desde París. Por lo visto las autoridades han detenido a un grupo de delincuentes en las proximidades de la catedral…-.
De pronto me acordé de los saqueadores y dije:
-¡Qué se jodan!-.
Pero me dí cuenta de que el periodista seguía hablando de lo ocurrido y esto era lo que decía:
-Lo más curioso es que los detenidos tenían apuntado el nombre de Steve Watson en varios papeles. Tras unas horas de interrogatorio, la policía ha dicho que este hombre sabe cómo curar a los famosos infectados. Desde el departamento de justicia se ruega a Steve, que en un plazo de veinticuatro horas de la cura. Si no la entrega, las autoridades tendrán el permiso de capturarlo…-.

Por un momento no me lo creía, ¡iba a ser perseguido por la policía! Era de locos. Tras unas horas de camino, mi GPS parpadeo; estaba en Carcasona.

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