Antes de ayer se daban cita los dos mejores equipos de la liga española. El Real Madrid comandado por Cristiano Ronaldo contra el todo poderoso Barça del gran Messi.
Ambos equipos llegaban en un excelente estado de forma al encuentro del Santiago Bernabéu.
Las espectativas eran enormes en torno al partido y debo decir que el encuentro no nos decepcionó en absoluto.
El Barça se adelantaba rápidamente con un gol de Neymar en el minuto tres con mucho estilo; algo característico del brasileño. Y con asistencia de Suarez, el partido parecía que iba a ser culé.
Pero el Real Madrid contestó con un tiro al palo de Benzema, que sin pensarlo en ese momento, sería una de las figuras del partido.
Tras unos minutos de ataque del Madrid, Marcelo logró centrar y Piqué metió la mano, como si de un portero se tratase. Penalti y gol de Cristiano; uno a uno.
Bien es cierto que Messi pudo adelantar de nuevo al Barcelona, pero una mano de Casillas salvó al Madrid.
La segunda parte empezaba con un peligroso saque de esquina a favor del Real Madrid. Para sorpresa de todos, Pepe enganchaba un soberbio cabezazo, poniendo por delante a los blancos.
El Barcelona, sin saber que hacer, recurrió a Rakitic para que haga reaccionar al equipo. Pero la cosa no pudo ir peor.
Mal saque de esquina por parte de Rakitic, robo de Isco y gol de Benzema, tres a uno. El Santiago Bernabéu se arrodillaba ante el galo.
El resto de partido no tuvo más historia, transcurrieron los minutos y el Madrid se terminó llevando la victoria.
Este Barça, aún no, nos ha convencido cuando juega contra los grandes; algo que Luis Enrique tiene que cambiar. Más vale pronto, que tarde.