Con el nuevo año ya empezado, todos hemos hecho algún que otro propósito. Si, me refiero a esos propósitos o metas que se supone que vas a “cumplir”. Y es que, mucha gente espera que el nuevo año sea totalmente distinto al anterior.
Eso sí, en el primer día del año todos somos muy disciplinados. Que si te apuntas al gimnasio, que si empiezas a estudiar más o cualquier cosa productiva.
Pero,como por arte de magia; todo va volviendo a la normalidad. Uno de los propósitos más típicos es ponerse en forma. Sí, aquello de volverse un súper modelo de la noche a la mañana.
Y es que, por si fuera poco; la mayoría de los gimnasios ganan dinero por este tipo de gente. El primer día estás súper motivado, haces un montón de series y llegas cansado a tu casa.
Pero, las ganas terminan despareciendo. Primero quieres estar como Cristiano Ronaldo, luego como Brad Pitt; y al final te terminas conformando con no tener sobrepeso. ¿¡Cierto?!
Otro propósito típico, es de subir las notas; si eres estudiante claro. Empiezas estudiando todos los días como un enfermo, pero a la semana; estás en el parque, perdiendo el tiempo. ¡Típico!
Ya por no hablar, de las supersticiones de año nuevo. Puede que sea cierto, no digo que no; pero que…¡se vuelvan ricos todos! Tanto ritual de ponerte tal y cual, y terminas como siempre; sin palabras.
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