Una vía de escape
De pronto me encontraba con una pistola en la mano, de vuelta en mi antigua casa; o por lo menos donde vivía antes de ir a esta nueva realidad. Recuerdo que había algo raro en todo lo que estaba pasando, me habían encomendado matar a mi padre; sin embargo aunque yo me resistía a buscarlo, mi cuerpo se movía por sí sólo.
Me empecé a mover por mi habitación, empecé a caminar despacio, hasta que terminé corriendo por los pasillos de mi casa. Como algo “casual”, estaba totalmente oscura, pero mis intentos de detenerme eran en vano.
Empecé abriendo la puerta de la cocina, la de la sala, la del baño; hasta que dí con la de mis padres. Mi corazón latió de manera muy violenta, me quise parar; pero no lo conseguí. Y sí, mis padres se encontraban durmiendo. ¿Peor suerte no pude tener verdad?
Se me puso la piel de gallina, algo me dominaba por completo; les apunté con la pistola y apreté el gatillo. Un fuerte ruido salió de mi arma, al segundo se escuchó un grito; había matado a mi padre.
Por lo visto, esto sólo era el principio del juego de ese maldito enmascarado.
Lo que tuve delante de mis ojos, era más propio de una película de terror; que de la realidad en sí misma. Mi madre se encontraba gritando, viendo cómo su marido había muerto. Y no de cualquier forma, lo que le pasó a mi padre es como… si su cabeza hubiera estallado.
Algo propio de las escenas grotescas del cine, el colchón se encontraba rojo de la sangre derramada. Y aunque parezca mentira, seguía siendo incapaz de cerrar mis ojos; estaba aún controlado por una misteriosa fuerza.
Los gritos de mi madre siguieron un buen rato, hasta que se quedó mirando donde me encontraba y se puso pálida. Su cara reflejaba mucho miedo, me sentí asustado y después de lo que iba a ver… no era para menos.
Para mi sorpresa, agarró un espejo pequeño y… me lo mostró. En ese instante,vi lo que era y lo que tenía mi madre frente a ella; era una sombra con mi forma, pero con algo que me llamó mucho la atención; ¡un sombrero negro, como el de los misteriosos hombres!
Acto seguido, toda la habitación se oscureció hasta el máximo; y al cabo de unos largos minutos… me encontraba en la mesa, si esa mesa que se encontraba donde el tipo de la máscara nos dio las indicaciones.
A diferencia de la otra vez, el grupo de unas veinte personas; se había reducido a ocho personas. Todo el mundo tenía una cara aterrorizada, hasta el punto de que varios estaban apunto de echar a llorar.
Como por arte de magia, apareció el sujeto de la máscara blanca; y procedió a sentarse enfrente de donde estaba yo. Con mucha tranquilidad se acomodó en la silla, y tras ponerse un cojín; empezó a hablar:
-Bueno “programados”, creo que ha llegado el momento de presentarme. De que sepan que hacen aquí y qué está pasando realmente. Primeramente, me pueden llamar “Black Cat”; así nos entenderemos mejor. Y lo más importante… todos los que están aquí, ha sido por sus conocimientos,por sus pensamientos de que había algo más allá; de que todo estaba perfectamente orquestado, como para ser una mera casualidad. ¿Pues bien, cuál es el motivo de que les hayamos contactado? Simple y fácil. Antes que empezamos nosotros a coger gente “programada”; alguien del otro lado consiguió hacer lo mismo, pero a la inversa… Cómo se pueden suponer las cosas salieron bastante mal para el “programado”; teniendo una consecuencia terrible. El que manda en su realidad, es alguien de aquí; pudiendo así colar hibridaciones y seres con distinto origen al nuestro, a su realidad; la de los “programados”. Y es aquí donde entran en juego ustedes, su misión será causar todo el daño posible en esta realidad; así se vera obligado a desplazarse. Ya que nosotros le tenemos un “especial cariño”-.
-¿Y por qué no se encargan de eso ustedes?-. Interrumpió una mujer.
-Simple, a los “programados” se les toma en broma; nadie sospecharía de que se trata de un ardid. ¿Qué tendrán que hacer para volver a su “realidad”? Tienen que… ir al centro de la ciudad y acceder a la máquina de programación de seres con vida; la tendrán que iniciar y listo; ya habrán causado un gran lío-.
El ambiente se quedó en silencio, nadie sabía que decir u opinar; todo el mundo estaba sumergido en sus pensamientos. Incluso yo, que me quedé pensando sobre la posible inclusión de hibridaciones en mi “realidad”. Por lo visto, aún no me había enterado del “juego”.
Aexei 