Capítulo 7- Serie: El fallo de lo normal

El camino hacia la libertad

Puedo recordar con claridad ese momento. Me encontraba con todos los “programados”,como yo; repasando el plan que nos había dicho “Black Cat”. Era sencillo: teníamos que ir al centro de la ciudad y activar una máquina. De tal modo, que viniese el enemigo de Black Cat a la realidad, y este le consiga matar.

Pero lo cierto, era que se trataba de un plan sin mucha garantía. Nadie a ciencia cierta sabía si iba a funcionar, ni el propio enmascarado. Black Cat nos proporcionó unos planos, así podíamos llegar a nuestro destino fácilmente.

Paso un rato y llegó un hombre con un sombrero negro, debía tratarse de uno de los tantos que me espió en “nuestra realidad”. Nos hizo una seña para que le sigamos. Cada uno se levantó de sus sillas y seguimos al hombre a través de un pasillo, hasta llegar a una sala muy iluminada.

Una vez allí, nos dijo:

-Tienen que cumplir la misión. Si sale bien todos seremos recompensados. Ustedes y nosotros. Si sale de acuerdo al plan, podrán ser “reales”, y volver a su realidad.

Un hombre que estaba al lado mía, preguntó con vehemencia:

-¡¿Cómo vamos a llegar al centro, si a la mínima nos van a exterminar?!-. Parte de razón no le faltaba.

-Es cierto, puede ocurrir; pero jugamos con ventaja. Son muchos, es muy difícil parar a un grupo de personas. Eso sí, deben evitar a cualquier tipo de ser que no tenga un parecido a la raza humana; ellos les pueden detectar tan sólo por la energía que desprenden-.

El ambiente quedó en silencio.

Pese a esto, recuerdo que no me pude contener; y exclamé:

-¿Y que tiene que ver la dichosa máquina en esto?¿¡Acaso es tan importante!?-.

El hombre me miró por unos segundos, se arregló el sombrero; y contestó:

-Cuando ustedes activen la máquina, toda la gente pasará a ser real. Igual, en este instante, no se han dado cuenta de la importancia que tiene esto; pero si se ponen a pensar sería terrible para él. Si la gente “programada” pasase a ser real, podrían ver “todo esto”. Se darían cuenta de quién es él realmente, y lo peor… verían a las hibridaciones como son; auténticos monstruos. Algo, que igual los “programados” comunes no están capacitados para ver. Creo que ha sido una explicación bastante concreta la que acabo de dar-.

Empecé a pensar en lo que podría ocurrir; sería un verdadero caos. El enemigo de Black Cat no se podía permitir que eso ocurriese, perdería todo su poder.

El hombre, nos entregó a cada uno un cubo. Este, estaba recubierto de metal, y cada cara tenía una pequeña pantalla holográfica; pero a su vez táctil. Algo que me sorprendió mucho por aquel entonces. El hombre nos explicó sus utilidades; servía de escudo, de mapa, de arma y de teléfono. Así nos podíamos comunicar entre nosotros.

Acto seguido, la estancia cambió de color, a un rojo muy oscuro; y apareció en el medio un gran ascensor. El tipo nos hizo una seña para que entráramos, y nos recordó que el nos va a estar ayudando desde el mismo edificio; o lo que fuera eso.

Todos subimos de forma muy rápida, pulsamos la primera planta; pero antes de que bajaremos, escuchamos un mensaje que salió de los altavoces del ascensor: “Cierren los ojos, serán equipados adecuadamente”.

El mensaje alteró a muchos personas, pero acatamos la orden. Cerramos los ojos.. y al abrirlos teníamos todos una chaqueta negra, y en sus bolsillos un cuchillo y una especie de pistola; obviamente no como las que conocemos en la realidad.

El ascensor bajó muy rápido, hasta tal punto que me recordó las atracciones de los parques temáticos. Se abrieron las puertas, y lo que vimos me dejó sin palabras. Estábamos en plena calle, giré mi cabeza y el ascensor había desaparecido. Fue como si hubiésemos sido teletransportados.

Todos activamos nuestros cubos, y lo pusimos para que funcionase como un mapa. Una cara del cubo se me iluminó, y el holograma que había visto; paso a ser el de un mapa. Se trataba de una representación en miniatura de la ciudad. Había una flecha amarilla que nos indicaba por donde teníamos que ir.

Al minuto, algo escuché dentro de mí; ¡era una voz! Recuerdo que me pegué tal susto, que casi grité; pero por lo que me dí cuenta en mis compañeros, les acababa de pasar lo mismo. Era la voz del hombre del sombrero, este decía:

-¡Tranquilos, no se asusten! Recuerden que son programados, podemos tomar control de sus pensamientos… y de lo que están viendo ahora mismo. Junto a mí, está Black Cat; nada puede salir mal. Les vamos a dar indicaciones si vemos que algo no está saliendo bien, por ahora no vayan todos por el mismo lado de la calle. Tienen que distribuirse, así va a ser más fácil que alguien llegue a la máquina con vida. ¡Suerte muchachos!-.

Todos nos pusimos en círculo, en medio de la calle. Éramos ocho personas. Nos dividimos en cuatro grupos, de tal forma que nadie vaya sólo. A mí, me tocó de pareja con Lilly; era una chica de Estados Unidos.

Había cuatro caminos a nuestro destino; por la playa, por la calle principal, por los tejados,o… por las alcantarillas. Nosotros nos tocó ir por las alcantarillas, aunque si hubiera sabido lo que iba a encontrar allí; dudo que hubiese aceptado.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s