Shalke: Neuer, Matip, Sarpei, Howedes, Uchida, Farfán, Papadopoulus, Jurado, Baumjohann, Raúl y Edu.
Inter: Julio César, Zanetti, Ranocchia, Chivu, Maicon, Stankovic, Cambiasso, Motta, Sneijder, Milito y Etoo.
Muchos estamos de verano, relajándonos en las playas…¿qué mejor manera de recordar partidos de fútbol memorables? Echar la vista atrás, y darnos cuenta de que no hace mucho tiempo presenciamos encuentros muy vistosos. Y ya me imagino que a muchos se le pasa por la cabeza el 1-7 que le endosó Alemania a Brasil en el pasado mundial. Pero hoy me remonto un poco más lejos, concretamente al 5 de abril del 2011.
Era la temporada 2010/2011 y el sorprendente Shalke había alcanzado los cuartos de final. Se enfrentaba al vigente campeón de la “Champions”; el Inter de Milán. Por aquel entonces, el Inter contaba en su equipo con el “principito” Milito, Etoo, Stankovic, Motta… Un sin fin de estrellas, pero algo mayores.
Por otra parte, un sorprendente Shalke comandado por Raúl, Farfán y Neuer; lograba eliminar al Valencia en octavos, en una eliminatoria realmente trepidante. Obviamente, la prensa daba por favorito a los italianos, dando a entender de que el partido iba a ser un mero trámite.
Llegó el momento, los capitanes se dieron la mano y el arbitro dio el pitido inicial. Y recuerdo perfectamente lo que pasó en el acto; un ataque del Inter llevó a que Neuer despejará con la cabeza la pelota que llegaba al área, saliendo este muy adelantado. Lo que pocos pensaban, es que el balón fue despejado hasta la mitad del campo, y para sorpresa de todos… Stankovic armó la pierna de manera muy rápida, e hizo uno de los mejores goles de la historia de la Champions. ¡Un remate sin dejar caer la pelota desde el medio campo! ¡Y fue gol! Como espectador, me quedé simplemente asombrado. El Inter ganaba a los 30 segundos.
Pero los alemanes no se vinieron abajo, y Matip logró aprovechar un barullo en el área de los italianos para hacer el empate a 1. Todo volvía a empezar. Sin embargo, no se quedó así. El destino quería que el partido sea memorable. Así que, los italianos se volvieron a adelantar con un remate acrobático de Milito, imposible para el arquero Neuer.
La respuesta de los alemanes fue inmediata, después de 6 minutos del gol de los italianos, el brasileño Edu empataba el partido a 2. ¡Ya íbamos 4 goles en el primer tiempo! Esto sólo era el principio de lo que se nos iba a venir encima.
Llegó el segundo tiempo, y a los siete minutos los alemanes lograban la remontada. Un gol de Raúl calló todo el Giuseppe Meazza, ¡lo imposible había ocurrido! No me pude creer lo que estaba viendo en ese momento. Pese a parecer que el partido estaba sentenciado, el destino nos iba a deparar aún más.
Un sobresaliente Edu iba a provocar el cuarto gol, e iba a hacer el quinto. La gesta se había conseguido, habían tumbado al campeón de Europa. Un aplastante 2-5 por parte de los alemanes, hizo callar a los críticos de todo el mundo.
Raúl se reivindicó, y demostró porque estuvo tantos años en el Real Madrid. La gente especulaba con la posibilidad de ver al conjunto minero en la final, sin embargo un muy buen Manchester United los eliminó de manera clara. Desde entonces, pocos han sido los partidos tan entretenidos en la Champions. Hay que recordar que en esa edición, presenciamos la goleada del Marseilla, el duelo entre Chelsea y United, un Madrid- Barcelona, un vibrante Lyon- Benfica, el gol increíble de Bale… Una temporada para el recuerdo del deporte rey.
Aexei 