Ayer vivimos el primer día de una nueva era; ayer, se erigió como presidente de los Estados Unidos, uno de los hombres más poderosos del mundo: el magnate Donald Trump. Meses atrás parecía una utopía que esto pasase, pero mientras iba pasando el tiempo, lo que empezó siendo un «meme»… pasaba a ser algo más serio.
Habían múltiples parodias sobre la obtención de poder de Trump, muchos comentarios que podían ser cómicos al respecto; pero poco a poco, se veían las orejas al lobo. Fruto del descontento de la clase media blanca, de las personas mayores, y de sus discursos populistas, Donald se impuso con sorpresiva claridad a su rival Hillary Clinton, en la votación decisiva.
Sí, aquel hombre que ha dejado claro que quiere un país libre de inmigrantes, aquel hombre que menosprecia a las mujeres, aquel hombre… que pretende hacer de su país una potencia mundial a toda costa. Aquel hombre, que pretende cortar las relaciones con México, y ponerles un muro; aquel hombre que pretende cortar relaciones con Europa. Aquel hombre que ha despreciado a su rival política Hillary, en sus charlas; aquel hombre, ha ganado.
Ha empezado la era Trump, que vendrá con sus controversias y locuras, del millonario americano. Ayer lo vimos mas calmado, con una actitud que dista mucho de lo que vimos en su feroz campaña. Hemos visto a Trump en estado puro durante estos últimos meses, ese carácter que le caracterizaba en el mundo de los negocios. Quizá la posible mejora de la economía de EEUU, sea lo único positivo respecto a la obtención del cargo de presidente. Pero como bien se sugería por sitios de internet: «el negociante, debe volver a sus negocios«.
La elección de Donald, es un reflejo de lo agitado que está el mundo actual. El racismo está a flor de piel, y cualquier excusa es buena, para que aparezcan partidos de índole racistas. Después de unos años de transición, quién sabe si estemos ante el regreso de los régimenes totalitarios. Con Trump se cierra, y se abre una nueva era. Una era incierta y sin rumbo fijo; como una barca en el mar, durante un día de tormenta.
Aexei 