«Bienvenido de nuevo. Me alegro de que sigas escuchando, ¿te estás divirtiendo? Te preguntarás quién es el siguiente y por qué. ¿Eres tú? ¿Qué hiciste? ¿Cómo acabaste en estas cintas? Tal vez hiciste algo cruel. O quizá solo te quedaste mirando. Quizá ni te diste cuenta de que estabas siendo cruel… y por cierto,sigo estando muerta».
2
Empieza a ver borroso, hasta que se termina dando cuenta de que es su habitación. Se toca un poco el pelo, y se despereza. Su madre le avisa que ya está listo el desayuno. No ha sido una noche plácida para Clay. Definitivamente, la primera cinta le ha afectado.

Antes bajar a desayunar, coge los audífonos y el reproductor de casetes. Sabe que no puede demorar, su madre se molestaría, pero siente curiosidad en saber lo que le ocurrió a Hannah. Le da al play:
«La amistad, es algo complicado. pero no te preocupes, no pasarás por esto solo. No es divertido. Créeme, he pasado por eso. No siempre será fácil, tal vez duela un poco, o más que eso. Eso depende de ti. Pero saldremos de esto: paso a paso, cinta a cinta. Tú y yo, juntos. Y no lo olvides: hay otros».
Baja de su habitación, desayuna con sus padres, y coge comida para ir al instituto. Una vez allí, se dirige a su taquilla para coger unos libros, pero algo ocurre… escucha la voz de Hannah en su cabeza. Sigue pensando en lo que escuchó ayer, y es por eso que se dirige al entrenamiento de baloncesto con un nombre en la mente: Justin Foley.
Como se puede adivinar, Justin no está. No se le ha visto durante dos días por las instalaciones del insituto Liberty. ¿Coincidencia? Al igual que Clay, una chica llamada Jess también está preocupada por su desaparición. Jess, es la novia de Justin. Jess es una chica morena, bastante guapa y de labios rojos carmín.

Clay se muestra nervioso, y es por eso que Sheri- que ya lo había observado en el entrenamiento de baloncesto-, no es indiferente a él. Sheri es una de las animadoras más populares del equipo de baloncesto del instituto Liberty.
Sheri, tras observarlo por unos minutos, se interesa por Clay, y le propone quedar en la cafetería Monets para hablar de lo que le ocurrió a Hannah, y tranquilizarlo de algún modo. ¿Será que Sheri es así de amable, o está preocupada por algo más?
Pasan las horas, y tras unos paseos de Clay por la escuela,se topa con el señor Porter, uno de los altos cargos del instituto Liberty.
El señor Porter, es moreno y tiene pelo corto negro. Obviamente, tras lo que le ocurrió a Hannah, se ve obligado a buscar las razones por las que se quitó la vida. Es por ello, que al ver a Clay no duda en hacerle una propuesta:
-Oye, Clay, me gustaría hablar contigo algún día sobre Hannah Baker-.
-¿Hannah? ¿Por qué?-. Responde titubeante Clay.
-Trato de entender lo que pasó. Sé que erais amigos, trabajabais juntos. Pásate por mi despacho algún día, ¿vale?-.
-De acuerdo, sí-.
«El Sr.Porter sustituía a la señora Antilly, que se había ido a otro distrito, lo que resulta que fue muy poco afortunado. Eso… es para otra cinta».

Siguiente día, Clay sigue escuchando la cinta, y está realmente preocupado por Justin. No duda en preguntar por él, pero nadie sabe que le ocurre. Incluso la propia administración del instituto. Además, es consciente de que Alex Standall fue amigo de Hannah. Alex, es un chico rubio y delgado.

Las cintas van avanzando, y Clay va uniendo cabos para entender lo que sucedió con Alex, Jess, y Hannah. Sí, Jess también estuvo implicada. Sigue escuchando la cinta, y descubre que tanto Alex como Jess, dejaron de lado a su antigua compañera. No puede evitar quedarse mirándolos a la hora de comer.
Clay se pone a pensar en lo que decía Hannah sobre Jess, mientras trabajaban en el cine. Algo le pasaba, ¿cómo no se había dado cuenta?
Llega el final del día, y se celebra la presentación del equipo de baloncesto del insituto Liberty. Clay está atento, pero cae en cuenta de que sigue sin estar Justin Foley. Piensa en Jess, ella es animadora, debe saber lo que le ocurre.
Sale rápidamente del gimnasio y da con Jessica, pero al preguntarle sobre Justin le responde que no sabe nada. Nuestro protagonista va mas allá, ha escuchado su cinta. La tiene delante suya, duda un poco, pero le dice en voz baja:
-¿Sabes algo de las cintas?-.
-Cierra el pico, ¿vale?-.
-Jess…-. Dice Clay sorprendido.
-Déjame en paz Clay-.
Horas más tarde, Clay pasa por Monets y ve a Jessica. La reacción de ella con él había sido bastante esquiva anteriormente, aún así, acepta hablar de Hannah. Sin embargo, lo único que dice es: Hannah es una mentirosa. Jess recoge su bolso, se levanta energéticamente de su silla, y se va.
Sale Jessica, pero entra Tony. Clay se queda estupefacto. Tony lo mira, y le dice:
-¿Fue en esa mesa, no?-. En alusión al sitio en el que Hannah se solía sentar con Jess.
-Escuchaste las cintas, tuviste que saberlo. ¿Y quién más?-. Pregunta Clay intrigado.
-No te lo voy a decir-. Contesta tajante Tony.
-¿Y por qué estás aquí?-.
-Estás siendo el más lento. ¿Por qué tardas tanto?-.
-Cuesta escuchar las cintas-.
-Pues claro, son cintas de una chica muerta-.
-No puedo oír su voz sin pensar en ella-. Dice desesperado nuestro protagonista.
-A lo mejor… esa era la idea-. Responde Tony a la vez que se levanta, y se va del local.
Llega la noche, y Clay va volviendo a su casa en bicicleta. Todo transcurre normal, pero se da cuenta de la presencia de un vehículo rojo. Un vehículo que le resulta familiar. Se queda quieto, en una esquina, y ve como Tony se baja del automóvil. Se dirige a una casa, toca el timbre, y alguien abre la puerta. Ese alguien, es la madre de Hannah, Hannah Baker.
Jessica

«Conocí a Jessica a las dos semanas de empezar segundo. Al parecer, nos tenían que orientar»
La escena nos presenta una sala de espera del colegio. Jessica se encuentra de brazos cruzados, sentada en una silla, con el bolso debajo de las piernas. Hannah entra en la habitación, y saluda a Jessica:
-Hola-.
-Hola-. Responde Jessica tajante.
-¿La señora Antilly?-. Pregunta Hannah con curiosidad.
-Sí-.
-Yo también-.
-¿Sabes por qué?-. Jessica se muestra confundida.
-No-. Dice rápidamente Hannah.
La puerta de un despacho se abre de manera brusca, es la señora Antilly. La señora Antilly es joven, tiene pelo castaño, y suele tener una sonrisa en su rostro. Al ver a las adolescentes, les hace un ademán para que pasen.
-¿Os habéis presentado? Hannah te presento a Jessica. Jessica, Hannah. Las dos sois nuevas aquí, pensé que sería buena idea que os conocierais-.
Cambiamos de escena, Hannah se encuentra detrás de Jess en una calle. Hannah, al ver que no se detiene, exclama:
-¡Hey Joanne!-. Grita de modo irónica.
-Hazel, hola-. Responde Jess en tono burlesco.
-¿Me sigues?-.
-Voy delante-.
-Esto es un desastre, vamos en la misma dirección. Es el fin del mundo. La dicharachera tutora no puede tener razón-. Hannah suelta una risita.
-¿Cuántos gatos tendrá? ¿Cinco? ¿Siete?-. Jess sigue fastidiada por haber sido asesorada.
-Sí, ¿a dónde vas?-. Pregunta Hannah con interés.
-A Monets, a tomar chocolate caliente-. Hannah mira a Jess con curiosidad, había un sol radiante.
«Así comenzó la historia de Monets, la historia de una amistad».
Y Monets se convirtió para Hannah y Jess, en un lugar en el que reunirse y desahogar las penas. Si bien es cierto que la relación no parecía prometer, Jessica, con el tiempo, empezó a ser considerada una amiga por Hannah.
«Durante un tiempo éramos las amigas ideales, hacíamos cosas vomitivas como ir de compras».
Hasta que algo ocurrió, lejos de la tranquilidad habitual de Monets, apareció un chico rubio llamado Alex Standall. Empezó siendo un chico enigmático, pero pronto forjó una amistad con las dos chicas.
«Y sin mas, dos pasaron a ser tres. Y sin darte cuenta, son tus mejores amigos».
Y Hannah, Alex y Jess, empezaron a quedar en el despacho. ¿Qué despacho? Monets. Pasaban ahí todas las tardes.
«No había nada que dos chocolates calientes y el café del día de Alex no pudieran arreglar. Necesitas amigos, aunque sea para tomar chocolate. Sobre todo, si tu vida se te va a la mierda. Día a día, bebida tras bebida, levantábamos las tazas, y nos levantábamos el ánimo».
Hannah empieza a recibir apoyo por lo de Justin, y eso le hace sentir bien; se siente con vida.
«A pesar de las diferencias, éramos lo que necesitábamos cada uno entonces, tres bebidas contra el mundo. Dos chocolates calientes, y lo que se bebiera Alex».
Pero algo ocurrió, Alex encontró otros amigos y dejó de ir a las reuniones. Les saludaba en los pasillos, pero nada más. Además, Jess dejó de venir. Cada uno por su lado otra vez, o… eso pensó Hannah.
Hannah empieza a sospechar de que Alex y Jess siguen reuniéndose, pero no tiene forma de comprobar su presentimiento. Hasta que, durante un turno de trabajo en el cine, Alex y Jess acuden a su taquilla a comprar unas entradas.
«No pasaba nada, Jess. En serio. Eres de esas chicas que gustan a los chicos, sin difundir rumores. Eres la chica simpática de las animadoras».
Cambiamos de escena, Jess encuentra a Hannah y le cita en Monets. Tiene algo que decirle. Era sobre la lista de Alex. Alex, Alex Standall.
«Cuando Jessica le da vueltas a algo te lo dice».
Se sientas en una de las tantas mesas de Monets, y Jessica le dice a Hannah lo que se imaginaba:
-¿Te molestaba de que saliese con Alex, no?-.
Hannah asiente, pero sigue sin entender por qué su antigua amiga está tan furiosa. Jess saca una hoja de su bolso, la lista de Alex. Una lista, en la que puntuaba a las chicas según lo que le parecían. Y Hannah estaba por delante de Jess. Al ver esto, Hannah exclama:
-No tuve nada que ver con esto, Alex lo hizo por su cuenta-.
-¿Cortó conmigo por su cuenta?-. Responde Jess seria.
-No sabía que cortó contigo-.
-Que lo disfrutes. Porque, lo disfrutarás, ¿no? Porque eso hacen las zorras-. Responde Jessica a punto de llorar. Se levanta, y le da una bofetada a Hannah. La cafetería se queda en silencio.
Ahí la tienes, razón número 2.