Cinta 2, cara B

4.

Es de noche, Clay no puede dormir. Lo intenta, pero por mas que quiere, no lo consigue. Se levanta de un salto y coge su reproductor de casetes que se encuentra en la mesa. Pone su reproductor en marcha, y lo que escucha lo deja sorprendido.

clay
Clay Jensen

«En la siguiente cinta tienes que guardar silencio. Porque estás a punto de hacer algo muy malo. Ten cuidado y que no te descubran. ¿Te has preguntado que se siente al observar a alguien?¿ Al invadir su privacidad? ¿Qué secretos podrías destapar? ¿Qué secretos sacarías a la luz? Pues estás a punto de descubrirlo. A-4 en sus mapas. No digas que tienes miedo, o que no te sientes cómodo haciendo estas cosas, porque, ¿sabes algo? Espías a la gente a diario, siempre estamos observando a alguien. Siguiendo a alguien. Y nos siguen. Facebook, Twitter, Instagram, nos han convertido en una sociedad de acosadores. Y nos encanta. Claro, que acosar a alguien en la vida real es otra historia».

Cuando ha terminado de escuchar ese fragmento, Clay ya se encuentra en la calle, con el mapa en la mano, y subido a su bicicleta. Está apunto de localizar el sitio que le ha indicado Hannah. Los brazos le duelen. Salir de su casa por la ventana no había sido la mejor idea.

Clay contempla a su alrededor, la calle está vacía, tiene a la Luna como su única compañía. Sin embargo, ve algo a lo lejos, unos faros de un auto. ¿Será Tony?.

Llega por fin al punto A-4 del mapa, se encuentra en un patio de una casa. Sus dedos están en tensión, está sudando, y tras dudar un poco, reanuda la cinta:

«Es cierto, yo tenía un acosador. Si has llegado hasta A-4, estás delante de su ventana. Como lo estoy yo, ahora mismo. ¿Alguna suposición? Sigue escuchando?».

Nuestro protagonista se queda absorto escuchando la cinta, hasta que alguien le toca por la espalda. Clay da un salto, gira y se encuentra cara a cara con Marcus.

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Marcus

-¡Marcus, idiota! ¿Qué haces aquí?-. Exclama Clay.

-Lo siento, ¿de acuerdo? Te he llamado tres veces-.

Clay se quita los auriculares, y le dice extrañado:

-¿Qué llevas puesto?-. Clay recién se percata de que Marcus está vestido con un gorro mexicano y unas maracas.

-Se me olvidaba, soy «el niño»-. Responde Marcus con una sonrisa.

-¿La tormenta tropical?-.

-No Clay. Mañana espero que no seas uno de los jueces del concurso de disfraces-.

-Marcus, ¿qué haces?-. Clay le parece surrealista encontrarse en esas condiciones a su compañero.

-El concurso de disfraces, 200 dólares-. Contesta Marcus.

-Aquí, ¿qué haces aquí?-. Nuestro protagonista se empieza a impacientar.

-Te he oído. La alarma del coche ha sonado también. Vivo cerca de aquí además-. Se trata de justificar. -Además, no eres el primero en venir a esta famosa ventana. Todos lo hemos hecho y todos lo hemos intentado-. Agrega.

-Espera… ¿hemos? ¿Sales en las cintas? ¿Qué hiciste?-.

-A saber, no las escuché. Las empecé , hasta saber quién era. Averigüe quién era el siguiente, y se las pasé-.

-¿Y la segunda copia? Dice que sino las escuchamos…-. Pregunta Clay con curiosidad.

-Hannah está muerta. Lo siento, pero es así. Nada de lo que le hicieron fue diferente a lo que le pasa a cualquier chica de instituto. Solo quería llamar la atención. Y dejar esas cintas, es una cagada. Nadie merece esto-. Dice Marcus serio.

Las luces de la casa se encienden.

-Salvo quizás ese psicópata-. Añade Marcus, al mismo tiempo que aparece un chico cerca de la ventana.

-¿Tyler Down?-. Clay está sorprendido, eso no se lo esperaba.

-Tira la piedra, te sentirás mejor-. Marcus termina la frase y se va.

Tyler es un chico delgado, de piel pálida y de cabello rizado. Es el fotógrafo del instituto Liberty.

Tyler
Tyler Down

Es la mañana del día siguiente, Clay tiene un solo nombre en la cabeza: Tyler Down. Empieza a caminar por el pasillo del instituto. A lo lejos, logra divisarlo.

-¡Tyler!-. Grita nuestro protagonista.

Tyler se da cuenta de que es Clay y acelera el paso.

-Espera Tyler, ¡oye!-. Clay le toca la espalda, pero al girarse, se trata de otro chico.

Por un momento se queda sin decir palabra, pero luego se disculpa. La voz de Hannah vuelva a aparecer en sus pensamientos. La muerte de su compañera empieza a ser un grave problema psicológico para Clay.

Tras unos breves segundos, se da la vuelta y se encuentra con Jess y Justin. Los mira, pero es incapaz de hablarles. Justin lo observa, pero Clay desvía la mirada cuando ve un mechón rubio que pasa por su lado. ¡Alex! Sale corriendo a su encuentro.

-¡Alex! ¿has visto a Tyler?-.

-¿Por qué?-. Pregunta extrañado.

-Investigué lo que hizo, creo que deberíamos…-.

-No… verás, nada de «nosotros», ¿de acuerdo? Ten cuidado con quien hablas-.

Bryce aparece de un pasillo con Zach e interrumpen la conversación:

-¡Ahí está Jensen! Que bien anoche, aguantas bien-. Bryce le sonríe.

Clay se pone a pensar, hasta que cae en cuenta de que se refiere a la cerveza que le invitó en Blue Spot.

-Fijo que vomitó luego-. Expresa Zach en tono burlesco.

-A lo que iba, hay fiesta de Halloween en mi casa. Vente, Alex vendrá-. Bryce le guiña un ojo a Clay.

-Me… lo pensaré-. Responde Clay mirando a Alex.

-¿Tienes algo que hacer?-. Pregunta extrañado Bryce.

-Sí, tiene francés-. Responde Tony que acaba de aparecer.

-Piénsatelo Jensen-. Bryce se despide, y también lo hacen Zach y Alex.

Clay se queda mirando serio a Tony. Su amigo le lee rápidamente el pensamiento y le dice:

-Solo quería ayudar-. Se disculpa.

-¿Dónde estaba anoche tu ayuda? No estabas conmigo-. Le espeta Clay.

-Asuntos familiares-.

-Muy bien-. Clay se marcha serio.

Tras unas horas, Clay consigue entrar en la habitación que tiene Tyler como fotógrafo del instituto. Espera largos minutos en la oscuridad, hasta que alguien entra. Es él.

-Si que tienes buen ojo-. Le espeta Clay.

-¡Caray Clay! ¿Qué haces aquí dentro?-. Tyler está realmente alterado.

-Ver en que trabaja nuestro fotógrafo premiado. Interesante…-. Dice mientras toca con las manos unas fotografías.

-Es todo para el anuario, no deberías estar aquí-.

-¿Me vas a acusar a mi por allanamiento? He escuchado tu cinta-. Le contesta Clay serio.

-¿Y tirar una piedra a mi ventana no es suficiente?-.

-Yo no tiré ninguna-.

-Entonces… ¿qué quieres?-. Pregunta Tyler algo confundido.

-Que borres todas las fotos que hiciste, o te delataré-.

-¿Vas a delatar a todos? ¿A Justin, a Alex?-.

-Tú la acosaste-. Le dice Clay mirándolo a los ojos

-Soy el fotógrafo, ¿de acuerdo? Acoso a todos. Es mi trabajo-.

-Entonces ….¿espías a todo el mundo en sus casas?-.

-No es eso-.

-Que alivio-. Clay se lleva la mano al pecho de forma irónica. -Te caerían 6 meses en prisión, pero por reincidencia 1 año-.

-No es nada de eso-. Insiste Tyler.

-Invasión de la intimidad de un menor, compruébalo. No creo que te dejen tener una cámara en prisión-.

-No soy un delincuente-. Se defiende.

-Lo eres, y un bicho raro también-.

-Solo hice fotos-.

-La humillaste, la destrozaste-. Añade Clay.

-No pretendía… ¡la quería! Ya sé que apenas la conocía, pero yo.. la quería. A la mayoría, le pones una cámara y fingen. Pero cuando fotografiaba a Hannah, ella era diferente. Era auténtica. Me enamoré-. Tyler se queda mirando el suelo después de su pequeño discurso.

-¿Por qué no hablaste con ella?-. Le pregunta Clay extrañado.

-¿Y tú?-.

-¿Qué insinúas?-.

-Tú la querías, pero siempre la mirabas de detrás de la barrera. Al fin y al cabo, no somos tan diferentes, ¿no?-.

-Borra las fotos-. Le responde tajante Clay.

Tras dar un portazo, nuestro protagonista se dirige a los lavabos.  Abre un cubículo, y se apoya pensativo a la pared. Sigue pensando en las cintas. Respira profundo, y abre la puerta. Al segundo, otro cubículo se abre. ¡Es Tony!

tony
Tony

-¿¡Enserio!? ¿Ahora me sigues también al baño?-. -Y encima no me respondes. ¿Sabes que? Estoy harto de todo-.

-¡Clay!-.

-¡Si has hablado!-.

-No sé que te están ofreciendo, pero te están mintiendo. Sólo te quieren callar-.

Clay piensa en la invitación a la fiesta, pero le contesta raudamente:

-Tú me has mentido. Anoche te vi-. Clay se marcha a paso rápido.

Llega la noche, y Clay se encuentra volviendo a su casa en bicicleta. El ambiente de Halloween se apodera de las calles. Nuestro protagonista ve como un grupo de niños ensucian una casa, y no duda en espantarlos mediante un par de gritos. Los niños se van, y la puerta de la casa se abre.

-¡Quédate ahí, mientras llamo la policía!-. Le chilla una mujer.

-No he sido yo-. Le responde Clay.

-Lo tienes en la mano-.Clay observa su mano derecha, y comprueba que tiene un rollo de papel que estaba quitando. Clay agudiza la vista, y se da cuenta de algo muy importante: esa señora era la madre de Hannah.

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La madre de Hannah

-No, lo estaba quitando. En serio. Señora Baker, yo conocía a Hannah. Trabajábamos juntos. Vi esos niños y…-.

-¿La conocías?-.

-Sí-.

-¿Quieres entrar y hablar de ello?-.

-Sí-. Clay asiente y entra en la casa.

Clay se encuentra en el salón de su antigua compañera con su madre.

-Lo siento mucho, los chicos pueden ser… -. Dice Clay anticipándose a la conversación obvia.

-Sí, si pueden…Hannah no tenía muchos amigos, me alegro de conocer a uno, ¿Clay?-.

-Sí, Clay Jensen-.

-¿Trabajaban juntos?-.

-Sí, en el cine-. Responde Clay. Acto seguido se levanta y le pregunta dónde está el baño.

Realmente se encuentra mal, Hannah está presente en su memoria. Se lava la cara para tratar de olvidarle, pero no es suficiente. Al salir del baño, se detiene en la habitación de su antigua compañera. Su mirada se queda clavada en la cama, recordando las cintas.

-¿Todo bien?-. La señora Baker le ha estado observando desde hace unos segundos.

-Perdone, me he confundido…¿ es la habitación de Hannah?-. Clay intenta disimular lo que le pasa.

-Sí, lo es. Pero tú ya lo sabías. Te he visto algún otro día mirándola desde fuera-.

-Solo estaba…-.

-No estoy molesta, pero quizás podríamos ayudarnos. Seguro que tendrás preguntas-.

-Me tengo que ir, mis padres me esperan-.

-No nos dejó ninguna nota, no conocemos los motivos de su suicidio. Ahora mi hija podría ser una conocida para mi. Tengo cosas suyas, espera aquí-. La voz de la madre de Hannah muestra total desesperación.

Clay no podría ver pertenencias suyas, sabe él que no sería capaz. Le sudan las manos, no sabe que hacer. Hasta que piensa que irse sería una buena idea. A paso rápido atraviesa la casa, abre la puerta y se aleja lo más rápido posible. No gira, pero algo le hace detenerse por un breve instante, un grito desgarra su alma:

-¡Espera!-. Grita la madre de Hannah desde la lejanía.  Pero Clay se esfuma en la oscuridad de la noche.

Tyler Down

Tyler

«Bienvenido a tu cinta Tyler Down. Buenas noches. Dime, ¿cuándo empezó? ¿Cuánto tiempo estuviste observándome?»

Empieza una escena, Clay y Hannah deambulan por una calle en la oscuridad de la noche.

-¿Cómo no te pueden gustar?-. Pregunta Hannah.

-Solo digo que no… vampiros, hombres lobos, lo entiendo. Entiendo su comportamiento, ¿pero los zombies? Son una estupidez-.

-Entonces odias a los zombies, ¿eres un racista de los zombies?-. Pregunta Hannah con una sonrisa.

-No los entiendo, ¿cuál es su objetivo? No quieren adueñarse del mundo, ni servir a sus amos. No hay nada interesante. No son buenos ni malos. Solo tienen hambre… de cerebros-. Clay imita el grito de un zombie. Hannah se ríe.

-Bueno… gracias por acompañarme a casa y por destruirme para siempre mi interés por los zombies-.

-De nada-. Responde Clay. Se abrazan, y Hannah se va a su casa. Pero algo ocurre, escucha un sonido raro.

«Al principio no le di ninguna importancia. habrá sido el sonido del viento, de una rama con el viento. Pero el sonido me siguió. Estaba paralizada por el miedo, hasta para cerrar las cortinas. No dormí mucho aquella noche, deberías saberlo. Pero las fotos de aquella noche no son por lo que estás en esta cinta, ¿o si? Hablamos de una foto en particular».

Es el día siguiente, Hannah se encuentra en clase, sus ojos no desean nada mas que descansar, y decide tratar de dormir. La noche anterior fue muy rara para ella. Sin embargo, Courtney le arruina su plan:

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Courtney

-Te vas a meter en problemas. Mira y aprende-. Le susurra al mismo tiempo que le indica como se puede dormir, sin ser reprochada en clase.

-¿Duermes en clase?-. Le pregunta Hannah con interés.

-¿Bromeas? Con mi horario, las siestas son esenciales-. Le comenta Courtney.

-No he dormido en toda la noche-. Le dice Hannah.

-¿Obsesionada por el examen de historia?-.

-No-.

-¿Qué te quitó el sueño?-.

-Había alguien en la ventana de mi habitación-.

-Como… ¿un ladrón?-.

-Alguien haciendo fotos-.

-¿Qué dices? A mi no pasa nunca algo tan interesante-. Le contesta Courtney.

-No sé si interesante es la palabra que se me ocurre. Es más bien, horrible-. Responde Hannah.

-Tienes que hacer algo-.

-¿Qué cosa?-.

-No lo sé, pero te ayudaré-. Courtney escribe algo en su cuaderno y se lo señala: «tenderemos una trampa». Hannah asiente con una sonrisa. Quedan en reunirse en casa de Hannah.

Pasan las horas, los padres de la anfitriona de la casa se van, y quedan las chicas solas, dispuestas a descubrir al acosador.

-¿Empezamos?-. Dice Hannah.

-Sí. Cuando oscurezca y le oigamos fuera de la ventana, la abrimos y le alumbramos (señala un dispositivo que está en la mesa). Y exponemos al viejo verde-. Dice Courtney convencida.

-¿Y si necesitamos coraje?-. Hannah dice riéndose mientras señala una botella de Whisky.

-Me vendría bien, me estoy agobiando-. Comenta Courtney.

El alcohol se encarga de todo, o eso dicen muchos. Es por eso, que las chicas se distraen de su verdadero objetivo, y pasan a hablar en la cama de Hannah.

-Espera, ¿todo lo de Justin era un rumor?-. Le pregunta Courtney riéndose.

-Sí-. Contesta Hannah con una sonrisa.

-Dios mío, lo siento. Te juzgué mal-.

-No pasa nada, yo siempre me juzgo mal-.

-Los chicos son idiotas, a veces pienso que estaríamos mejor sin ellos-. Dice Courtney.

-Brindemos por ello-. Exclama Hannah.

Lo que empezó en una charla, termina en algo que nunca le paso por la cabeza a Hannah: besarse con Courtney. Y claro, en condiciones de embriaguez, la cosa fue aumentando.

«Es difícil decir que pasó esa noche, pero todo se intensificó rápidamente. Aunque Courtney no escuchó a mi acosador, yo sí. Menos mal que encontré la forma de matar a dos pájaros de un tiro».

Hannah cogió el dispositivo para osos, y se quitó a Courtney de encima alumbrándola en la cara. Además, se dirigió a la ventana y descubrió a la persona que le espiaba: Tyler Down.

-¡Dijiste que era un viejo verde!-. Gritó Courtney avergonzada y molesta a partes iguales.

-Eso pensaba-.

-Debería irme-. Dice Courtney tajante.

-¡Espera!-. Pero Hannah no consiguió impedir que se fuese. Al fin y al cabo, la fama que tenía Courtney de ser alumna modelo estaba en juego.

«Supongo que todos tenemos secretos, y no nos gustan que salgan a la luz. Lo curioso es que nadie averiguó nunca que éramos nosotras. Aquel otoño, todos miraron nuestra foto. Como decía, somos una sociedad de acosadores. La única diferencia Tyler, es que te descubrieron. El caso es que, aunque Tyler dejó de pasarse por mi casa, nunca dejé de sentir miedo. En el instituto, en mi casa, incluso en mi habitación. Ningún lugar era seguro. Me volviste paranoica Tyler. Ahora te lo devuelvo. Ahora estoy delante de tu ventana, y cuando la gente escuche esto, fijo que no seré la única».

Cuarta razón.

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