Capítulo 17 (II), Steve Watson- Versión Extendida

El dolor que sentía era bastante fuerte, pero seguí con mi carrera hacia mi objetivo. Volví a escuchar los disparos, pero esta vez no me dieron. Antes de que los volviese a oírlos, crucé la tan ansiada puerta, y la cerré con todas mis fuerzas.

Por se acaso, moví una estantería a la puerta, para evitar que me siguiesen. Sabía que no los podía detener para siempre, iba a ser muy complicado.  Así que empecé a caminar a lo largo de un pasillo.

Sin detenerme, saqué el plano del barco, y comprobé que la habitación del señor Cooper no estaba excesivamente lejos de donde me encontraba. Por un momento, empecé a pensar que tenía la oportunidad de encontrármelo cara a cara.

Tan absorto estaba en mis pensamientos, que por un momento no recordé de que me estaban persiguiendo. Fueron unas sonoras pisadas las que me devolvieron a mi triste  realidad.

Sin mucho tiempo para reaccionar, me escondí detrás de una columna que tenía bastante cerca. Nervioso, me puse a esperar a mis perseguidores. Pero algo ocurrió, algo que me llamó la atención.

Con bastante claridad escuchaba los pasos, pero no sabía de donde venían. Empezaba a  ponerme muy tenso, pero a los pocos segundos, noté algo que tenía detrás de mi cabeza.

Empecé a ponerme pálido, estaba convencido de que a uno de mis  perseguidores lo tenía detrás de mí. No iba a ser bueno. Con mucha valentía, giré velozmente, pero para mi desgracia, lo primero que vi fue un puño acercándose a mi cara. Fue todo muy rápido.

Sin tiempo a reaccionar, recibí todo el impacto en la cara. El golpe fue tan duro, que no supe que había pasado. Al cabo de un minuto, pude ver con claridad a mi enemigo.

Se trataba de un vigilante, que al parecer, era bastante fuerte. Al darse cuenta de que ya no estaba inconsciente, me dijo:
-¿Ya no te vas a escabullir más?-. Me preguntó con un tono burlón.
-Creo que no-.
Rápidamente, saqué de mi bolsillo la navaja y se la clavé en la pierna.

El vigilante chilló:
-¿¡Pero qué me has hecho desgraciado?!-.
Asombrosamente, el vigilante ni se tambaleó, y me volvió a dar un puñetazo. No tenía un espejo en ese momento, pero empecé a pensar que me había roto la nariz.

Traté de evitar caer al suelo, pero eso era muy difícil. El dolor que tenía era algo descomunal. Pero algo me devolvió la esperanza. Vi con claridad, como el vigilante estaba también en el suelo.

Pese a los múltiples dolores que tenía en ese momento, saqué mi pistola y le disparé a la cabeza. ¡Por fin me había librado del vigilante de una vez por todas!

En aquel momento, ya me podía centrar exclusivamente en el señor Cooper. Me traté de poner de pie, pero noté que tenía muy mal la pierna derecha. Además, tenía unas heridas importantes en los brazos.

Empecé a caminar por el pasillo del barco como podía. Todo mi cuerpo estaba realmente dolorido. Lo peor que me podía pasar era encontrarme a más vigilantes. En medio de mi caminata, algo me llamó la atención. Justo a la derecha de donde me encontraba, había una habitación que no estaba del todo cerrada.

Pensé unos segundos si era bueno entrar, pero fui realista, y comprendí que era el único modo de seguir con vida. La habitación era pequeña, y para mi suerte, había una pareja de esposos que estaban durmiendo.

Seguro que pertenecían a la misma organización que el señor Cooper, pensé. Sin pena alguna, cogí unas almohadas, y los ahogué. Sí, he de admitir que es de las pocas cosas de las que no estoy orgulloso de esa aventura.  Noté como empezaron a gimotear, pero al cabo de unos minutos, sucumbieron.

Rápidamente, cerré con pestillo la habitación y me dirigí al baño. Al verme en el espejo, tuve que hacer un esfuerzo para no gritar. Tenía la cara llena de heridas.

Con paciencia, cogí una especie de botiquín y me curé como pude. Me puse algo de alcohol en las heridas, y con mucho cuidado, me extraje la bala del brazo. Estaba realmente cansado, y consideré que dormirme iba a ser una buena idea. Cogí unas mantas, me tapé, y me fui al encuentro de Morfeo sabiendo que el señor Cooper  se había logrado escapar de mí de nuevo.

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