Haz lo que te apasione

Después de 5 días he vuelto a mi hogar. ¿Me fui de vacaciones? No. Aún mejor, me fui a hacer una de las cosas que más me gusta en la vida: el juego de las 64 casillas, el deporte ciencia; el ajedrez.

Había pasado mucho tiempo desde la última competición que había jugado. Más especificamente, unos diez meses. Reflexionando sobre los motivos que me habían llevada a esta ausencia tan prolongada, surgió algo que no me esperaba: la frustración.

Mi último torneo -antes del que he jugado-, fue una decepción para mi. Llegué con posibilidades de quedar en un alto puesto en un torneo provincial, pero fui derrotado en la última ronda, quedándome sin nada.

A partir de ahí, mi cerebro empezó a crear excusas para no participar en otras pruebas. A veces, trataba de evitar el ajedrez. Bien sea no siguiendo partidas de jugadores muy fuertes, o simplemente, en las conversaciones con varios amigos cercanos.

Sin embargo, hace una semana, un mensaje llegó a mi teléfono. El club en el que juego, tenía una plaza para que dispute el torneo nacional por equipos. Dudé por varios días, hasta que decidí aceptar la propuesta. Iba a ir de segundo tablero, lo que me suponía enfrentarme a rivales muy duros.

Me senté otra vez frente al tablero, y empecé a pasar varias horas poniéndome al día sobre todas las variantes que tenía analizadas. Como quien se pone al día de lo que le ha pasado a un amigo que no lo has visto durante años. Me tuve que reinventar otra vez, y sobre todo, prometerme a mi mismo, que no me iba a desmotivar en caso de que perdiese.

Llegó la competición, y comencé perdiendo dos partidas seguidas. La duda se apoderó de mi, y surgió un pensamiento muy oscuro: ¿y si dejo todo? Pero no le permití a mi cerebro que ese pensamiento impere en mi conducta.

A medida que pasaron las rondas, iba jugando mejor. Hasta que recuperé mi nivel. Y conseguí estar invicto en las tres últimas partidas -con una espectacular victoria incluida- Disfruté como nunca del ajedrez, y volví a enamorarme de este juego.

Al acabar el torneo, sentado en el hall del hotel con la maleta en la mano, pensé: «¿cómo había sido tan tonto de abandonar esta maravilla, simplemente por un mal momento?».

En resumen, ¡no te des por vencido! A veces, las cosas no salen como uno quiere, pero eso no debe llevarnos a abandonar nuestras pasiones.

¡Un saludo!

 

 

Un comentario en “Haz lo que te apasione

  1. Aexei, me alegro que te hayas dado cuenta que iba a ser un gran error abandonar esa pasión por el ajedrez, y solo por un mal momento!………..Sigue adelante y nunca te des por vencido, así vas a ver cada vez logros mas espectaculares!!

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