//He vuelto a subir otra vez el capítulo, debido a que he tenido problemas con el post original
Un gran descubrimiento
Los últimos cinco años de mi vida, habían sido muy tranquilos. Los puedo catalogar, como los de una persona normal. Del trabajo a la casa, de la casa al trabajo. Después de lo ocurrido en el avión con el Sr. Cooper, Johan me ayudó a conseguir empleo y a comprarme una casa.
Empecé a vivir en una de las mejores zonas de México, todo esto debido a mi trabajo, claro está. Me encargaba de supervisar el funcionamiento de una cadena bastante prestigiosa de hoteles. Para ser sincero, eso ero lo que menos me importaba.
El uso que le daba a mi buen salario, era pagar los estudios de mis hijos, Paul y Susan; ya que ellos estaban cursando la pre-universidad en Estados Unidos.
Pero esa vida tan tranquila que llevaba, desapareció de la forma más rápida posible. Todo empezó con un día libre que tuve en el trabajo. Sí, aún lo recuerdo; fue el comienzo de mis pesadillas.
Aproveché para despertarme tarde, sólo los rayos de luz que entraron a través de mi ventana, me hicieron interrumpir mi periodo de sueño. Como de costumbre, cogí el teléfono móvil y me dediqué a ver las noticias.
No encontré nada que me llamase la atención, así que me dispuse a levantarme de la cama. Me destapé, bostecé, y me puse los zapatos más cómodos que tuve al alcance.
Hacía un día muy soleado, por lo que se me ocurrió la genial idea de ir un rato al club, y poderme bañarme en la piscina. Empecé a buscar la ropa de baño, pero no la encontraba. Revolví cajones enteros, hasta que de pronto… algo llamó mi atención.
Era una hoja, doblada y arrugada. Se encontraba al fondo de un cajón. Me puse de cuclillas, la agarré y me quedé viéndola. “No puede ser”, pensé yo. Se trataba del trozo de papel que llevaba en la mano el Sr. Cooper.
Había sido muy importante para mí, pero desde que me mudé a esta casa… me había olvidado de todas las odiseas que sufrí hace unos años. Eso sí, algún que otro día, me volvían las pesadillas sobre infectados y sobre pasillos totalmente oscuros.
Aquella hoja, aquel dichoso papel, se suponía que contenía un plan secreto de una organización bastante poderosa. Hace unos años, me había dedicado a investigarla, la había revisado tantas veces… que no pensaba ni por asomo; que ese día iba a encontrar algo.
Mi frustración fue tanta al verla, tantos intentos fallidos, tardes desperdiciadas por aquella hoja; que la tiré al suelo. Sin embargo, puedo recordar, que por algún extraño motivo, la recogí. Tuve la sensación, de que ese día iba a ser distinto.
Con la hoja en la mano, me dirigí al salón. Abrí las cortinas de manera energética, y me senté una butaca. Traté de desdoblar por completo la hoja, y vi lo que había visto en mis anteriores intentos: manchas.
Me quedé mirándolas fijamente, y hubo algo que me llamó la atención. Para ser manchas, estaban muy bien hechas. Hasta que de pronto, se me ocurrió algo que no había hecho hasta ese momento.
¡Iluminar la hoja! Recuerdo que me levanté con un gesto triunfal, intuía que había conseguido algo “grande”. Puse la hoja contra la ventana, y solo fue esperar unos segundos, para obtener el resultado.
Unos potentes rayos de luz, iluminaron la hoja. Dejando al descubierto, algo que no me imaginaba. Tras esas aparentes manchas de tinta de un tono rojizo, se ocultaban unos pequeños signos. Signos, que posteriormente, me iban a llevar con ellos.
Me dejé llevar por la emoción, y ante tal descubrimiento; levanté el puño de manera triunfal. Claro, también me dí cuenta de que no tenía ni idea de lo que esos signos significaban; para mi asombro, la respuesta llegó en el acto: Johan.
No había hablado con él desde hace meses, pero estaba seguro de que me podía ayudar. ¿Cuál iba ser mi siguiente destino? La casa de Johan. Poco a poco… empezaba a descubrir algo, que no me habría gustado conocer.