Capítulo 6,parte 2- Serie Steve Watson

Lo que más me extrañó era que la alcaldesa era muy joven y no tenía apariencia de ser mala, pero no me podía confiar. Cuando se sentó me preguntó:

-¿Por qué has venido?-.

-Veras, un científico…-.

-¿No será mi exnovio?-.La pregunta me desconcertó un poco.

-No, lo que él me dijo es que me dieras su ubicación-.

-Veo que se trata de él, supongo que te la puedo dar…espera, ¿para qué a quieres?-.

De pronto noté como se me hacía un nudo en la garganta, así que tomé aire y le solté:

-Es que me dijo…que sabía como curar los infectados-.

 

Hubo un gran silencio en el vestíbulo. La alcaldesa tomo aire y me dijo:

– ¿Has visto lo de la plaza? Todo eso se hace por que a mi me gusta. ¿Te parece que yo quisiera curar esta enfermedad? ¡Pues no!-.

Sin pensarlo sacó una pistola de su bolsillo y nos apuntó.

 

Rápidamente todos nos tiramos detrás de los sofás y Johan y yo cogimos nuestras pistolas. Desesperado yo grité:

-¿¡Estás loca?!-.

-Cada uno tiene sus gustos-.Me respondió fríamente la alcaldesa.

Acto seguido disparó una bala e hizo añicos un jarrón.

 

Johan burlón le soltó:

-¿Crees que tus empleados no saben que estás loca? Y además sé que todos tus documentos están en la última habitación del segundo piso. ¿No es así?-.

-¡De esta no vas a salir vivo Johan!-. Le gritó la alcaldesa.

Johan me susurró:

– Tu ve arriba mientas yo la distraigo, coge lo que tengas que coger. Tú tranquilo, yo cuidaré de tus hijos-.

 

Sin previo aviso Johan levantó la cabeza de detrás del sofá y disparó varias balas. Sin dudarlo eché a correr escaleras arriba sin mirar atrás. Lo único que sentía eran los disparos.

 

Por lo visto la casa era grande y cuando por fin entré a la habitación, esta me sorprendió. Había estanterías con documentos organizados alfabéticamente, así que lo que tenía que hacer, era coger los documentos de la letra “c” para inspeccionarlos.

 

Una vez cogidos busqué la palabra científico y por fin encontré lo que buscaba. Por lo visto vivía en París. Entonces arranqué esa hoja del archivador y me la guardé en el bolsillo.

 

Decidido cogí mi pistola y al bajar conseguí dispararle en la cabeza a la alcaldesa, dejándola muerta. Rápidamente fui al encuentro de mis hijos pero, de pronto vi como la mano de la alcaldesa cogía la pistola y me disparaba.

 

Tras unos segundos me dí cuenta de que estaba ileso y que Johan se hallaba en el suelo. Con rabia le dispare muchas veces hasta matarla del todo. Por lo visto Johan me había protegido. Sin esperarlo la voz de Johan emergió:

-Te he protegido por que sé que puedes acabar con todo esto. Aun que parezca mentira lo peor no son los infectados, sino los que están detrás de todo esto-.

-Tengo dos hijos a los que cuidar, no creo que pueda seguir con esto…-.

-Yo los cuidaré-. Dijo el mayordomo.

-¿En serio?-.

-Por supuesto. Johan y yo hemos  estado trabajando para la alcaldesa muchos años, pero sabíamos lo que hacía. Johan y yo habíamos estado años planeando su asesinato, se puede decir que estamos de tu parte Steve-.

 

El mayordomo cogió un botiquín y empezó a curar a Johan. Yo me acerqué a mis hijos y les dije:

– No se preocupen, todo saldrá muy bien-.

Acto seguido abracé a Susan y a Paul, me despedí de Johan y del mayordomo; y tras salir de la casa procuré no pensar que la misión no había hecho nada más que empezar.

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