«Les conté sobre dos de las peores decisiones de mi vida, y los daños que causaron, y las personas que fueron heridas. Pero hay una historia más que contar, una mala decisión más. Y esta, es culpa mía. No fue la decisión de ir a la fiesta, pero fue la misma noche. ¿Se acuerdan de la historia que estaba guardando? Bueno, pues es esta. Y se trata de ti… Clay».
11
Clay está sentado en el columpio del parque, sin decir nada.Es de noche, las farolas del parque son lo único que les iluminan en la penumbra.
Se quita los auriculares por un momento, y piensa en lo difícil que va a ser escuchar su propia cinta. Está muy nervioso. Tony lo está observando en todo momento. Se levanta enérgicamente, y se sienta en un banco próximo a donde estaba.
-¿Cómo se supone que voy a escuchar esto?-. Pregunta nuestro protagonista.
-Creo que la respuesta idiota será que reprodujeras la cinta-. Le contesta Tony. Clay sonríe por un segundo.
-Pero esa es la respuesta idiota, ¿no?-.
-Sí, pero es la verdad-.
-No puedo… escucharla aquí-. Sus ojos se quedan clavadas en el tobogán que tiene delante suya. Es el lugar de la primera cinta. -Necesito que manejes-.
-¿A dónde?-. Pregunta Tony confundido.
-A algún lugar-.
Tony suspira, y acepta la propuesta de su amigo.
Clay sigue a Tony hacia su auto. Los dos suben, y Tony empieza a manejar en la oscura carretera. Clay saca el reproductor de casetes de su mochila, y sigue escuchando.
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«Sé que te estás preguntando por qué te menciono en estas cintas. ¿Qué pudiste hacer? ¿Qué más pudo haber pasado la noche de la fiesta? Mira, nunca te lo dije Clay, pero siempre te he admirado. Tú eres quien eres, y no te importa lo que piensen los demás. ¿Es algo de chicos y chicas, o solo de Clay y Hannah? Apuesto a que desearías no haber ido a la fiesta de Jess, ¿verdad Clay?».
Clay está muy nervioso, pero aún así toca el timbre de la casa de Jess. Ese día es la fiesta. Espera unos segundos, hasta que le abren la puerta.
-¡Clay!-. Exclama Jess.
-¿La fiesta ha terminado?-. Pregunta al no escuchar ruido alguno.
-No-. Contesta Jess extrañada.
-Pensé que empezaba a las 7-.
-Sí, y quedan 5 minutos para las 7-. Jess le enseña su reloj.
-Bien, pues ya volveré en unos minutos-.
-No, quédate. Puedes ayudar-. Le propone su compañera.
-Sí, claro-. Asiente, y sigue a Jess hasta la cocina. Sobre la mesa, hay bolsas de snacks y diversas bebidas.
-Encárgate de los snacks-. Le dice al mismo tiempo que le da unas bolsas.
Clay se dirige al salón, y se pone a repartir los snacks en platos. Mientras va haciendo esto, los invitados van llegando.
-¡Hey Clay, viniste!-. Dice Jeff que acaba de abrir la puerta.
-¿Qué tal Jeff? Llevo un tiempo aquí-.
-Ha avanzado, nuestro trabajo conjunto ha hecho un trabajo real. ¡Ya vienes a fiestas!-. Expresa Jeff con una sonrisa.
-Cierto-.
-¿Ella viene?-. Pregunta Jeff.
-¿Quién?-.
-Bien, diviértete Clay-. Jeff arquea las cejas, y se va.
Clay termina de servir los snacks, y se pone a observar a su alrededor. En eso, ve que Hannah acaba de entrar. Se pone realmente nervioso, y se va rápidamente a la piscina. Tiene que irse de la fiesta ya.
-Oye, ¿a dónde vas? ¡Vino Hannah!-. Le grita Jeff. Clay se da media vuelta.
-¿Si? Genial, espero que la pase bien-. Clay se intenta ir, pero Jeff le detiene.
-Nada de eso, ve adentro y háblale-.
-Está ocupada-.
-Háblale. ¡Entra ahí amigo! O te agarro a golpes-. Le dice señalándole el salón.
-No lo harías-. Le corta Clay con desconfianza.
-Creo que esta vez sí. Ve adentro-.
-De acuerdo-. Responde Clay a regañadientas. Se despide de su amigo Jeff, y vuelve al salón. Se va haciendo hueco poco a poco entre las personas que bailan, hasta que ve a Hannah.
«Había hablado contigo un millón de veces Clay, pero esa noche no sabía que decirte»
-¿Al final has venido?-. Le pregunta Clay con una sonrisa.
-Me estaba sintiendo rebelde-. Dice Hannah riendo.
-¿Una bebida?-.
-En realidad me prometiste una bebida y un paseo en bici-. Le contesta Hannah sonriéndole.
-Sí, es cierto. No cualquiera usa mi bici. Voy a buscar las bebidas-.
-Te acompaño-. Dice Hannah.
-De acuerdo-.
«Tenía nervios, pero lo estabas haciendo todo tan….».
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-¿¡Tan fácil!? ¡Estaba jodidamente nervioso!-. Grita Clay al segundo de quitarse los auriculares. Tony le observa.
-Bueno-. Dice Tony en voz baja.
-Está mintiendo, Hannah está mintiendo. Yo no estaba tan seguro como ella dice-.
-No está mintiendo, está diciendo su verdad-. Se hace un breve silencio.
-¿Por qué siempre actúas como si supieses la verdad?-. Le pregunta Clay irritado.
-Por las cintas, sé la verdad-.
Clay no contesta, Tony tiene razón. Por un momento mira la carretera, toma aire, y reanuda la cinta.
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«Bueno, comencemos con la parte omitida de la fiesta».
Clay y Hannah cogen las bebidas y salen a la piscina. Clay le señala unas sillas a Hannah,y se sientan.
-Es muy amable por parte de Jeff que te haya obligado a venir-.Dice Hannah riéndose.
-No, él no me obligó, me lo recomendó-.
-¿Él también te recomendó encarecidamente que vayas al baile?-. Pregunta Hannah.
-No, perdí una apuesta-.
-¿Con Jeff? Todas las veces que hemos pasado un rato juntos, ¿son por Jeff?-. La pregunta incomoda a Clay.
-No. Osea, quizás. Pero es todo casualidad-. Se trata de justificar.
-Si es todo casualidad, ¿por qué nos está mirando ahora mismo?-. Clay gira, y ve que su amigo los está observando.
-Se interesa por mi vida social-. Comenta rápidamente Clay.
-Entonces, tú eres su tutor académico, y él es tu tutor de…-.
-Chicas, chica, en singular-. Dice sonrojado. -¿Quieres ir a…?-. Señala el salón. Hannah asiente.
Los dos entran al salón, y al ver que hay mucha gente, deciden ir a hablar al piso de arriba.
-Creo que voy a dejar de trabajar en el cine-. Dice Hannah triste.
-¿Por qué?-. Pregunta Clay.
-Mis padres me necesitan en la tienda. Me molesta, porque en realidad me gusta trabajar en el cine-. Dice.
-A mi también-. Dice Clay.
-Me gusta trabajar contigo-. Le dice sonriente Hannah.
-Y a mi. ¿Quieres hablar ahí dentro?-. Le pregunta Clay señalándole una habitación. Hannah acepta de buen agrado.
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Clay se quita los auriculares de mala gana.
-Debo parar-. Dice Clay.
-¿Quieres que pare el automóvil?-. Pregunta Tony con tacto.
-No, ¡Sí! No. Una cosa Tony, ¿dice lo que hizo?, o mejor, ¿por qué lo hizo?-.
-Sí-. Responde escuetamente.
-Entonces… Zach, Justin, Tyler, ¿todos escucharon esto?-.
-Claro-.
-Claro, entonces soy igual que todos los demás-. Dice con culpa. Sabe que lo peor de las cintas está por venir. La cinta no va mal encaminada, sabe lo que va a pasar. -¡Voy a vomitar!-.
-¿Paro?-.
-No, en realidad no tengo nada que vomitar. Llevo sin comer desde hace tiempo-.
-Pues necesitas comida-.
-¿Para que la vomite?-. Pregunta confundido.
-No, para que te calmes-. Tony mira serio a Clay. Clay accede.
Al cabo de unos cuantos minutos, los dos están sentados en Monets. El local está vacío.
-¿Sandwich de pavo?-. Pregunta la camarera. Clay hace un gesto, y se lo entrega. La camarera resulta ser Skye, una vieja amiga de Clay.
-Gracias-. Dice Clay. Skye se va un momento para traerle un vaso de agua. Clay y Tony quedan un pequeño momento a solas.
-Puedo escuchar la cinta Tony, ya no necesito comer-.
-Debes comer-. Le señala el sandwich.
-¿Para qué? ¿Para saber por qué causé un suicidio?-. Pregunta airado. Skye aparece sin previo aviso en la conversación.
-¿Noche difícil?-. Pregunta a los chicos.
-Estamos resolviendo unos problemas-. Responde Tony.
-Ya veo, Clay tiene «crisis existencial» escrito en su frente-. Dice Skye jocosa.
-Claro que no-. Le corta.
-No quieres enfrentarte a la verdad-. Le dice Skye seria.
-¿Por qué lo ha dicho?-. Pregunta Clay con curiosidad.
-Veo el futuro. Tú lo sabes, te leí el futuro en secundaria-.
-Dijiste que mediría 1,60 para siempre-. Dice Clay.
-¿Y cuánto mides ahora? ¿Ves?-. Le dice Skye.
-La bruja-. Dice Tony y se ríe.
-Quizás te pueda dar un mensaje del más allá, ¿de acuerdo?-.
-Bien-. Acepta Clay ante la mirada de incredulidad de Tony. Clay y Skye se dirigen a una mesa situada en el centro de la cafetería. Skye saca una baraja, y le dice:
-Remuévelas-.
-¿Para qué? ¿Para qué no hagas trampa?-.
-No, es para transferir tu energía a las cartas-. Le dice con misterio. -Corta el mazo-.
Clay sigue las indicaciones de Sky al pie de la letra, y al minuto, la mesa se encuentra repleta de cartas en diferentes posiciones.
-¿Qué dicen?-. Pregunta Clay.
-Dicen que sientes al mundo en tu contra, que te sientes aislado…. y que estás triste por algo del pasado-.
-¿¡Qué diablos haces, por qué hablas de Hannah!?-. Salta Clay.
-Las cartas dicen que te sientes torturado psicológicamente-. Expresa Skye impasible.
-¿Por qué haces esto?-.
-Tú me dijiste que te leyera las cartas-.
-¡Adios!-. Se levanta enfadado, y se va rápidamente de Monets. Tony le sigue confundido. Entran en silencio al vehículo, y Clay se deja caer en el asiento con furia. Tony arranca el auto, y quedan sin decirse nada por un momento.
-¡Qué perra!-. Grita Clay enfurecido.
-Nunca te había escuchado hablar así-. Comenta sorprendido Tony.
-No sabe nada de lo que le pasó a Hannah, y quería hablar sin tener idea…-.
-Tú no sabes lo que le pasa a ella-.
-¿Podrías callarte Tony? Estoy harto de tus dichos y comentarios, y de tu forma de actuar como alguien sabio. Eres como un Yoda inútil-. Le suelta.
-¿Te burlas de mi?-. Clay le fulmina con la mirada, y coge su reproductor de casetes.
-¡Espera! Te dejaré tomar un poco de aire antes, conozco un lugar-. Dice apresurado Tony. En un abrir y cerrar de ojos, se encuentran en una carretera sin tráfico. -Puedes salir-. Le dice a Clay.
-Estoy bien aquí dentro-.
-De acuerdo, estaré cerca por si me necesitas-.
Clay se pone los auriculares, respira profundo, y le da al play.
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Hannah y él entran a una habitación en casa de Jess.
-Jess tiene una colección de rocas aquí-. Le dice Hannah señalándole la mesa que está en el centro de la habitación.
-¿Cómo lo has sabido?-.
-Porque éramos amigas-.
-No lo sabía… ella es tan popular…-.
-Ya-. Le corta Hannah.
-Perdona, no quería molestarte-. Se disculpa Clay rápidamente. Los dos se acercan a dicha mesa, y empiezan a inspeccionar las rocas.
-Esta debería llamarse piedra-. Dice Hannah riéndose y sujetando una.
-Sí. Oye, me gusta tu nombre Hannah-.
-Y a mi el tuyo Clay-.
Los dos amigos se quedan mirándose el uno al otro sin decir nada. Clay se acerca poco a poco, y sin quererlo, se empiezan a besar en el borde de una cama.
«En ese momento, todo era perfecto. Y por primera vez en mucho tiempo, pude imaginar un futuro en el que era feliz. Lo buena que podría ser la vida. Y sé, que tú también lo sentiste».
Los dos siguen besándose apasionadamente. Clay aparta por un segundo a Hannah.
-¿Está bien?-.
-Más que bien-. Se siguen besando.
«Quise que hicieras todo lo que hacías, pero no sé por qué mi mente me llevó a otras partes. Pensé en los otros chicos, y se convirtieron en ti».
-¡Detente!-. Grita Hanna histérica, y aparta a Clay.
-Lo siento-. Se disculpa confundido.
-No, basta-. Dice Hannah exaltada.
-¿Por qué? ¿Qué pasó? Hannah, lo siento mucho-.
-Déjame en paz Clay, déjame sola-. Dice Hannah con fastidio. Clay se levanta de la cama confundido, y se va lo más rápido que puede de la habitación.
«Parte de mi estaba diciendo «no te vayas», parte de mi no te quería volver a ver. Pero saliste de la habitación, como yo te pedí. ¿Por qué te fuiste? Fue lo peor del mundo. Y después se puso peor. Clay, casco, tu nombre no pertenece a esta lista, pero tiene que estar aquí, si voy a contar mi historia. Si voy a explicar por qué hice lo que hice. Pero no eres como los otros chicos. Eres bueno, amable, y decente. Y yo no merecía estar con alguien como tú. Te hubiera arruinado. No eras tú, era yo. Y todo lo que me ha pasado…».
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-¡Maldita sea!-. Grita Clay, y sale del auto con violencia. Busca a Tony, y lo encuentra al segundo. -¡Tú siempre lo supiste!-. Le espeta.
-¿Qué cosa?-. Pregunta Tony.
-Que es mi culpa-. Le dice tajante.
-¿Cómo lo sé?-.
-La dejé sola, no la debí dejar ir-. Expresa Clay con impotencia.
-Hiciste lo que te pidió-.
-No, huí. Pensé que era un fracasado con las chicas, y me fui. Bryce violó a Jess, y Hannah lo vio, y Sheri tiró la señal de tráfico, y ¡Jeff murió!, ¡Todo empezó por mi!-. Grita. Sin pensarlo, se acerca a un precipicio que hay al lado de la carretera.
-Clay… aléjate del borde-. Dice Tony tratando de calmarlo.
-¿Por qué?-.
-¿Quieres matarte y reunirte con Hannah?-. Le pregunta serio Tony.
-Vete a la mierda Tony-. Le dice Clay serio.
-¿Crees que puedes arreglar todo? ¡No eres dios Clay!-.
-Debí haberme quedado. Debí decirle… «no me voy a ir, ni ahora, ni nunca»-. Clay empieza a llorar.
-¡Vete del borde Clay!-.
-No pude decírselo Tony. No pude hacer nada, ni abrazarla. Yo maté a Hannah, como tú dijiste-. Las lágrimas caen por la mejilla de Clay.
-Todos la matamos-. Le consuela Tony, y le abraza.
Los dos vuelven al automóvil lentamente. Tony empieza a conducir hacia la casa de Clay. Es realmente tarde.
-¿No vas a hacer nada estúpido esta noche, verdad?-. Pregunta a Clay.
-No-.
-¿Me lo prometes?-.
-Te lo prometo-. Dice Clay bajándose del vehículo.
Al llegar a casa, Clay se deja caer en el sofá que está en el salón. Se pone a pensar en lo difícil que ha sido el día, pero un ruido le interrumpe. Su madre acaba de entrar.
-Hola hijo-. Le saluda.
-Hola-.
-Te quisiera decir algo sobre el juicio de Hannah. El abogado de los Baker consiguió que el juez acelerara el caso. A partir de ahora, todo se mueve muy rápido-. Clay observa a su madre con atención.
-¿Lo del juicio?-.
-Sí, las citaciones serán muy pronto. He recibido una copia de ellas, muchos de tus compañeros estarán. Y tú también-.
-Entonces, me voy a testiguar-. Balbucea.
-Es una entrevista, te voy a preparar-. Le dice seria.
-¿Para?-.
-Para las preguntas relacionadas con Hannah-.
-Mamá, te prometo que te voy a decir todo, pero no todavía-.
Su madre no dice nada, y Clay se va rápidamente a su habitación. Queda poco para el juicio, y Clay debe encontrar otra prueba que no sean las cintas, él lo sabe.